Te has preguntado, ¿qué pasaría si dejo que mi hijo se responsabilice de todo lo que tiene que hacer en el colegio? Si eres de los que creen que no será capaz, queremos decirte que cuando el estudiante es autónomo, a menudo se encuentran estudiantes mejor preparados en todos los aspectos.

Fomentar la autonomía desde los primeros años de vida es la base del aprendizaje. Hace que los niños se muestren más seguros de sí mismos y de sus capacidades a la vez que aprenden a asumir riesgos y a valorar sus posibilidades de éxito.

Por su parte, un niño dependiente requiere de ayuda continua y tiene poca iniciativa, suele presentar problemas de aprendizaje y de relación con los demás.

Ayudar a los niños a ser más autónomos es una tarea relativamente sencilla, ya que se trata de permitirles tomar decisiones y asumir responsabilidades. No tienen por qué ser grandes gestas, sino más bien, habilidades y tareas adaptadas a su edad como recoger, ordenar, comer solos, alistar sus cuadernos.

La dificultad radica en ser conscientes de que tenemos que permitirles que se equivoquen a la vez que les enseñamos y les dejamos hacer sus tareas. Debemos ser pacientes, en numerosas ocasiones, no les damos tiempo a los niños para elegir o no les permitimos hacer sus tareas ya que cuando lo hacemos los adultos tardamos menos y los apuramos a hacer ciertas labores.

Lee mas sobre: ¿Qué características debe tener un buen docente?

Aprendiendo a ser autónomos

El aprendizaje de la autonomía depende de dos factores, primero el ritmo madurativo del niño, ya que no todos los niños se van desarrollando de la misma manera ni al mismo ritmo; y segundo, la educación recibida de los padres.

Es importante que los niños hagan de manera independiente el mayor número de actividades que puedan realizar solos y no conlleven peligro: vestirse, comer, cuidar su higiene, y en la vida social hay hábitos que aprender, como saber esperar su turno, pedir las cosas por favor, saber escuchar, prestar atención, saludar a los conocidos.

Cómo enseñarles a ser autónomos

Conseguir que el niño sea autónomo es un proceso en donde los padres deben ser un apoyo y una guía. Y en el que los niños han de sentirse seguros para aprender a tomar decisiones.

– Es contraproducente exigir al niño hacer cosas sin que haya alcanzado el grado de madurez adecuado para realizar las tareas que se le piden, evita acelerar el ritmo queriendo que lo haga todo ‘él solito’ lo más pronto posible.

– Evitar hacer todo por ellos. ¿eres un padre sobreprotector que no deja intentar hacer tareas a los niños para las que están ya preparados? ¿No le das margen para equivocarse ni aprender de sus propios errores? Se debe aceptar la necesidad de independencia del niño aceptando que el niño ha crecido y darle su propio espacio.

– Hablar con los niños desde el respeto y la empatía es fundamental para enseñarles a ser autónomos. Gracias a ello el niño tendrá la confianza necesaria con el adulto para manifestar su deseo de hacer las cosas por sí mismo utilizando tanto el lenguaje verbal como el gestual.

lee mas sobre: Cinco razones para iniciar el estudio de inglés a temprana edad

– Dar seguridad al niño a través del establecimiento de límites y normas. Si el niño convive con unos límites claros y lógicos le dará la seguridad necesaria para actuar por sí mismo.

– El niño debe sentir el apoyo y el interés de los adultos de su entorno a medida que van evolucionando sus capacidades y va realizando con éxito tareas de manera independiente.

– Valorar su esfuerzo. Cuando el niño cometa errores y no avance los adultos deben enseñar a los pequeños a tolerar su frustración y enseñarles que a través del esfuerzo y los fallos se puede aprender mucho más.

– Ofrecer escenarios donde pueda practicar. Ir dándole tareas sencillas de la vida cotidiana que el niño pueda realizar solo recordando los pasos que tiene que hacer e ir disminuyendo esta ayuda a medida que el niño no la necesite.

Es importante que permitas que tu hijo se equivoque y que tenga aciertos, esto lo hará crecer con gran tolerancia al fracaso, así como a aceptar el triunfo sin adularse, si le enseñas a ser independiente será un gran ser humano, con un alto sentido de la colaboración. «Si tú no confías en tus hijos, ellos tampoco podrán confiar en sí mismos», concluye Alberto Soler.